Hace dos semanas, Señoras, Señores, Un ángel descendió cielos. Me sonrió, simplemente, tiernamente, Et mi pequeño corazón le cedió impunemente.
Mi concha se rompió Señoras, Señores, Hablaba, libremente, sin palabras miedosas. Todo mi cuerpo se expresaba sin gen, No creía mis ojos, yo mismo era de nuevo !
Déjeme presentarle a este ángel, Señoras, Señores, La misma pureza de un corazón tan generoso. Déjeme decirle lo que representa con mis ojos, Mi alegría, mi felicidad…y mucho más pero es un secreto.
No lo aleje de mí, Señoras, Señores, Su ausencia sería mi peor sufrimiento. Creo que estoy atándomele seriamente, Y lo que habría podido ser un juego no es uno…